El camposanto decimonónico de estilo ecléctico—situado en una pequeña península cerca del mar camino de Allendelagua—destaca por su singular patrimonio arquitectónico.
La planta del cementerio, inaugurado en 1893, es de inspiración neoclásica y se ordena en amplias avenidas paralelas que van descendiendo hasta el mar. Fue proyectado por Joaquín Rucoba y Octavio de Toledo, y construido por el arquitecto Alfredo de la Escalera. Tiene una gran relevancia desde el punto de vista urbanístico. Las zonas verdes se alternan con mausoleos, túmulos y panteones neogóticos, modernistas o neoclásicos muy decorativos, estilos propios de finales del siglo XIX y principios del XX. Fueron proyectados por los arquitectos castreños Leonardo Rucabado y Eladio Laredo, por encargo de las familias de la burguesía de la época como los Ocharan, Helguera, Artiñano, Cortejarena o Isidra del Cerro. Estos monumentos funerarios se ubicaron en los solares más privilegiados. Destaca el panteón de la Familia del Sel que custodia un impresionante ángel de bronce y cuatro halcones encapuchados.
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