La iglesia de San Pedro de Antioquía se inauguró en 1975, aunque existía una construcción anterior.
La pedanía destaca por su hermosa playa con dunas entre los macizos de Cerredo y Candina. En la bajamar se puede llegar caminando a la playa de Arenillas, en Islares.
El barrio de Sonabia cuenta con algún testimonio de arquitectura tradicional y con una ermita bajo advocación de la Virgen del Refugio. El núcleo se ha transformado con nuevas construcciones que han alterado su fisonomía, pero sigue conservando su papel de mirador privilegiado sobre el mar y la montaña.
El santuario de Nuestra Señora del Refugio se erigió con autorización del Obispo de la Diócesis por el milagroso salvamento de los tripulantes de varias lanchas pescadoras durante un temporal que hubo en enero de 1842; éstos se encomendaron a la Virgen y se salvaron cerca de la ermita, según relata el presbítero Benito Antuñano. La ermita se inauguró el 12 de octubre de 1880.
Sin lugar a dudas lo que se ofrece a la vista desde Sonabia es uno de los lugares más atractivos por la belleza de la costa, por su península que nos recuerda a la emblemática ballena, símbolo que forma parte del escudo del municipio. También es un lugar ineludible si se quiere apreciar la rica colonia de buitres leonados que sobrevuelan el territorio.
En la zona oriental del núcleo urbano de Castro se encuentran Mioño y Saltacaballos, Lusa, Ontón con Baltezana y Talledo, Otañes, Santullán, Sámano con Helguera, y Montealegre.